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lunes, 30 de abril de 2012

"EL VIAGRA vs LA DAMA DE LAS CAMELIAS" - Lunes 30 abril 2012.


 
Sarah Bernhardt, la Dame aux Camelias,
Theatre de la Renaissance  
Lithograph by Alphonse Marie Mucha,
printed by Imp. F. Champenois,
Paris, 1896.

Alphonsine Rose Plessis era su nombre real,  pero ella se hacia llamar Marie Duplessis. Eran los nombres históricos de nuestra heroina de hoy, la dama que en la pluma de Dumas Hijo fue inmortalizada como Marguerite Goutier, así en su libro como en su guión de teatro,  y en el pentagrama de Verdi, ciertamente fue la única de las tres damas que he amado feliz y dolorosamente, VIOLETTA VALERY, un episodio melódico tan distinto del episodio escénico. Pero en todas las percepciones de los centenares de poetas que la inventaron en sus obras, los sentimientos que ella inspira en el espectador, amor, odio, etc., no están en el tiempo. Son intemporales.  Y este es el leitmotiv de mis palabras.  Es una historia que conozco tan bien que aunque a veces dudo sobre la improbabilidad de no haberla vivido, te confieso conmovido que siempre sufro el agobiante temor  de mentirme demasiadas veces sobre mi pasado. He notado, como en otras ocasiones, que tus correos llevan una fuerte dosis de reto a mis conocimientos. Muchas veces los temas retados llenan los requisitos básicos de estar dentro del horizonte de mi sabiduría, por eso NO DEBO ignorarlos y por eso tanto a ti como al doctor, me permito la libertad de inundarlos con mis osadas respuestas, para celebrar y complacer con todo el respeto que yo pueda expresar, esa curiosidad insaciable que los define a ambos, queridos amigos,  como yo también defino la esencia más personal del rector de los cielos, un ser de insaciable curiosidad hacia su propia e indescifrable Creación, un producto finito que a Él, en primer lugar, lo llena de estupor!
Marc Chagall,
L'Oiseau Bleu
1968
El tema metafórico que propones irrumpió como el mosquito que gira y gira en mi oído, con desesperante persistencia. Todo inició con mi correo sobre "Las Plantas Curan", en donde incluyo la disfuncionalidad eréctil. Y al respecto aparece en tu correo la figura reparadora del confite azul, para los que no saben, el Viagra. Y precipita en mi mente, en picada y de manera rapaz, esa otra imagen reparadora de "l´oiseau blue", en la intimidatoria pluma de Maurice Maeterlinck. Esa obra ligera y punzante de él que narra sobre un ente llamado  El Pájaro Azul, quien simboliza la posibilidad de un mundo en donde no existen linderos entre el pasado y el futuro. Y un territorio en donde existe también un Cementerio para el reposo del Futuro, una Finca para sembrar y cosechar Memorias, un Palacio habitado por la Noche, un Jardín de las Delicias y también, lo más estremecedor, El Reino del Futuro.
Confieso, para terminar, que he vivido sin convites azules, en un mundo que hoy es totalmente verde y vegetal, y eso aunque no lo crean, hace de mi mundo actual un remolino de colores, un centro tormentoso tan cautivante como el de las avecillas y el de los confites azules.

Abrazos.
Flavio.

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