El Ángel Exterminador
Un film de Luis Buñuel, 1962.
Sobre una fuerza apocalíptica que impide resolver
la degradación de la condición humana.
Espero que alguien como tú, una persona con buenas memorias, recuerde dentro de algunos años que no me equivoqué al decirte lo siguiente. Dicen que hace unos días la crisis votó en Francia. Es así. Pero votó con debilidad. Y además, votó un electorado durmiente de derecha que despertó para votar por el Front National. Porque el electorado de derecha en UMP, históricamente muy visible y militante, no votó como votaron los escondidos que aparecieron para votar FN y galardonarlo con el 18%. Todo el electorado de UMP, tan de derecha como los del FN, votó disciplinadamente por Sarkozy, pero sospecho que en cantidad significativa se abstendrá de votar, como asimismo los del FN, en la segunda vuelta, casi “como para que gane Hollande” y digo Hollande porque no se trata de que gane la izquierda, ya que la izquierda en Francia nunca gana aunque alguien de izquierda reciba mandatos presidenciales mayoritarios.
"Como para que gane Hollande", digo yo, por reducción al absurdo, para sugerirte el eterno asecho de la profunda derecha histórica en Francia. O sea, esa derecha total convencida que ganará el Frente Nacional, cuando llegue el momento. ¿Y cómo es esto? Te lo explico. En Francia todos los Hollande históricos han ganado siempre también cuando les ha llegado el momento. Pero ganan el mandato presidencial, y nada más, porque aun a pesar de esos triunfos aparentes, la Francia histórica y profunda es un gran ente de derecha que a pesar de una izquierda que de cuando en cuando luce falsamente vencedora, se sale siempre con la suya. Y el gran régimen inminente de Holland, en el imaginario popular de la derecha, será una catástrofe peor que la de Sarkozy, quien hizo desdichados a todos, izquierdas y derechas. Entonces, quizá antes que termine la próxima vigencia, serán las derechas históricas, más que la gloriosa Marine Le Pen, quienes recibirán el mandato ejecutivo de reinventar nuevamente la Francia de la anti-historia. Una Francia hoy muy indignada contra el desempleo, la austeridad, el Euro, la Europa, la inmigración, la globalización, la unificación, el multiculturalismo, etc. Sería el poder de una Francia estremecedora, antigua, recurrente, reaccionaria, resentida que miraría hacia el horizonte de la Sexta República, como un "Ange Exterminateur", patriotero y burgués, que impondría al mundo otro crujir de dientes de proporciones bíblicas. Y viviríamos otra vez más ese capítulo histórico ya vivido tantas veces en el pasado milenario del mundo: o sea, el de sufrir la retrocesión y la fuga del racionalismo civilizador hacia el oscurecimiento de nuestros amplios horizontes humanos, arrastrados por impulsos emotivos primordiales generados por el pálpito enardecido del vecindario temeroso y por el ritual supersticioso generado por los hábitos del breve plazo.
Saludos.
Flavio.
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