Vistas de página en total

miércoles, 21 de noviembre de 2012

"ISRAEL Y PALESTINA" Miércoles 21 noviembre 2012.




ISRAEL Y PALESTINA
 GUERRA INTERMINABLE.

Se hace la guerra entre Palestina e Israel porque quienes determinan el conflicto NO quieren la paz. Si pienso que  la mayoría de la población en ambos pueblos quieren  la paz, debo suponer entonces que quienes en ambas partes  determinan las interminables rondas de guerra, tregua y paz, tendrían sus justas causas y sus buenas ventajas para sustentar  esas rondas, aun a pesar de las pérdidas de vidas y las destrucciones de inmuebles en ambas partes. Al respecto en Palestina las pérdidas de vidas e inmuebles son superiores a las israelitas. Pero, por otra parte, hay algo referente a la relación entre dominio del territorio y la voluntad de guerra que me resulta desconcertante. A saber. Por culpa de la guerra, Palestina sigue perdiendo, e Israel sigue ganando, en términos de dominio territorial.  Este asunto  territorial, a pesar de las negociaciones y tratados al respecto, es un asunto NO resuelto todavía, quizá por voluntad tácita de las partes en conflicto. Debo entonces entender que por alguna razón inmanejable mediáticamente,  una parte, Palestina, quiere esas pérdidas y la otra, Israel,  las ganancias. Y por culpa o mérito de la guerra siguen aumentando las pérdidas de Palestina y las ganancias de Israel en términos de dominio del territorio. Por eso el asunto no resuelto en relación con el dominio territorial podría ser, en ambos pueblos,  un motivo poderoso para mantener el interminable estado de guerra que padecen. La idea oculta me parece que sería la de hacer una guerra que ninguna parte quiere ganar.  Además, en tiempos de guerra  las negociaciones sobre el dominio territorial no conducen a nada. Y no lograr nada parece ser también un propósito inconfesable entre las partes.  Pero hay dos cosas que unen a ambos pueblos en querer la guerra sin importar qué: primero un sentimiento de pasión y segundo una constatación cuantitativa.  O sea, ambos pueblos no solo se sienten, sino que son víctimas reales de la contraparte. Esto de sentirse y de ser víctima genera una irresistible sustentación ideológica y política en ambas partes para combatir militarmente al vecino. Es evidente que siguiendo esta línea de conducta guerrera se llegaría a una terrible paradoja en mi opinion. O sea, que a ninguna de las partes le convendría extinguir al enemigo. Porque quedarse sin el enemigo significaría la extinción de la justa causa y una derrota ética y política frente a la historia. En conclusión, la guerra interminable es la solución para NO lograr una paz verdadera que resuelva la causa primordial del conflicto, o sea, un acuerdo sobre la repartición de soberanías sobre el territorio. Y este estado de cosas del presente es lo que ha sido hasta ahora desde hace más de medio siglo. Estado de cosas que, curiosamente,  podría ser compatible con la existencia de dos Estados vecinos, entrelazados, traslapados y en permanente conflicto. Si alguien me dice que esto es una locura debo responder que peores cosas revela la historia universal en el reino de las insensateces humanas…

Saludos
Flavio.