Crónica de años locos.
PARTE 2 – SÍNDROME METABÓLICO.
El síndrome metabólico es una grave condición tóxica de la salud en un individuo determinada por varios factores de alto riesgo que coinciden para aumentar su probabilidad de padecer eventualmente de por lo menos una de las siguientes ocho dolencias graves. A saber, enfermedad del corazón, obesidad, hipertensión, diabetes 2, enfermedad hepática por acumulación de grasas no alcohólicas, síndrome poliquístico de los ovarios, cáncer y demencia.
En los Estados Unidos el 25% de la población sobre los 20 años padece hoy de Síndrome Metabólico que se diagnostica por mostrar dos características concomitantes, a saber, obesidad abdominal y resistencia a la insulina. Un adulto con vientre superior a 45 pulgadas de diámetro ha entrado en zona de alto riesgo. En las mujeres es 35.
Hace 30 años la edad promedio de afectación por el Síndrome Metabólico era a los 50 años, hoy es a 35 años. Porque durante la última generación, a partir de mediados de los años 70, en los Estados Unidos, desde la niñez se han adquirido muy malos hábitos alimenticios y de estilo de vida a base de un innecesario y excesivo consumo de azúcar, de carbohidratos, de grasas y de alimentos industriales privados de fibras. Y todo esto asociado a una falta total de ejercicio aeróbico diario. Y lo que es muy preocupante también, si todas estas tendencias no se modifican, lo más probable es que esta generación no sobrevivirá a la de sus padres. El doctor Lustig afirma que la mediana, percentil 50, de la extensión promedio de vida entre 2009 y 2010 en los Estados Unidos disminuyó de tres meses.
Sin embargo a mediados de los años 70 se desatan las dietas contra las grasas en virtud de cierta correlación entre su ingesta y la incidencia de enfermedades cardiovasculares. Y la campaña mediática, desde entonces, a favor de dietas a base de alimentos non-fats sigue teniendo un éxito notable hasta hoy. Efectivamente, en 40 años se reduce el consumo de calorías provenientes de grasas de 40% a 30%, en dicho periodo. Pero, por otra parte, el consumo de azúcar subió de 37 gramos diarios por persona en 1980 a 73 en 2012. Esto revela que el problema no era la cantidad consumida de grasa ni de carnes rojas, ya que en el mismo periodo aumentó la obesidad, las enfermedades del corazón y la diabetes II de una manera astronómica y escandalosa.
Veamos esto. El azúcar o sacarosa, es mitad fructosa y mitad glucosa. Debe quedar claro que el hígado metaboliza el azúcar como carbohidrato y libera el 80% de la glucosa para que pueda ser utilizada como fuente de energía por todas las células del cuerpo. Pero el hígado metaboliza la fructosa como si fuese grasa, como lo hace igualmente con el alcohol, para mutarla en grasa hepática, o sea, en energía almacenada que no puede ser metabolizada por ninguna célula, excepto eventualmente por el mismo hígado.
Como dijimos hace poco, en el mismo periodo la obesidad, las enfermedades cardiovasculares y la diabetes II crecieron a tal punto que tienen ya características de pandemia global, aún en los países menos avanzados. Las Naciones Unidas declararon el 20 septiembre 2011 en la 66 Asamblea General que las enfermedades degenerativas no transmisibles, las causadas por el tabaco, el alcohol y la dieta excesiva de grasas, carbohidratos y azúcares, afectan a más personas en el mundo que las enfermedades infectivas transmisibles.
Sin embargo debo aclarar algo básico. El Síndrome Metabólico puede atacar a obesos y a flacos. Porque comer mucho no necesariamente te mata. Lo que te va a matar eventualmente es comer muy mal, o sea, comer mucha azúcar y no comer fibras como lo estamos haciendo en la actualidad.
Crónica de años locos.
PARTE 3 – LA AMENAZA DEL AZÚCAR.
Resumen de datos precedentes. Durante el decenio de los setenta se descubrieron dos correlaciones que no necesariamente significaron causalidad. Primero, la relación a escala de la población entre aumento de consumo de grasas saturadas y aumento del colesterol malo en la sangre, el LDL. Y poco después se supo que el aumento del LDL coincidía con los aumentos de enfermedades cardiacas. La conclusión fue inevitable. O sea, se impuso una política alimentaria de reducción del consumo de grasas para reducir las enfermedades cardiacas. Y las autoridades médicas recomendaron limitar el contenido de grasas en la dieta. Y lo lograron. Redujeron el consumo de grasas como fuente de energía calórica del 40% al 30% en menos de una generación. Y esta idea de limitar el consumo de grasas y carnes rojas sigue siendo un culto practicado por casi todo el mundo, aun a pesar que en verdad dicha reducción de consumo a nivel de toda la población no incide como se pensó para reducir la enfermedad del corazón y otras, ya que las enfermedades cardiacas, la diabetes II y la obesidad siguieron en aumento.
Explicación. Parece que la invención japonesa, a mediados de los sesenta, de fabricar azúcar de alto poder endulzante a base de sirope de maíz y a muy bajo precio, el HFCS, o High Fructuose Corn Syrup, que se introduce en los Estados Unidos a mediados de los setenta y a escala industrial masiva, vino como anillo al dedo cuando los contenidos de grasa en los alimentos procesados pudieron ser reducidos y compensados por este producto endulzante más barato y más dulce que el azúcar de caña o remolacha. Creando además un importante abaratamiento y estabilización estratégica de precios al productor y al consumidor. Y en esa época el presidente Nixon de manera genial detuvo la inestabilidad de precios del azúcar apoyando la conversión agrícola necesaria para producir azúcar a base de sirope de maíz y detener de esa manera un encarecimiento de la canasta básica alimentaria que generaba una gran inestabilidad política. Así sacó de la agenda electoral el sensible tema de los precios alimenticios. La industria alimentaria descubrió que para abaratar precios y para hacer más atractivo al paladar los productos reducidos de grasa podían añadir cualquiera cantidad de HFCS. Por eso y otras razones también muy válidas, las ventas se dispararon hacia arriba y como consecuencia y por razones comerciales el HFCS está hoy en todas partes. En el pan, las harinas, los jugos, las sodas, las carnes, los condimentos, en especial los aderezos de ensaladas, las carnes procesadas, los productos lácteos, las galletas, etc. Simplemente está en todas partes. El devastador problema que hay que resolver por eso consiste en que la fructosa no se metaboliza en el hígado como carbohidrato, sino como grasa. Y crea varios tipos de contaminación alimentaria de dimensiones apocalípticas en la población, principalmente en los niños. Las dos más graves consecuencias tóxicas son. Primero, la fructosa bloquea en el cerebro la señal de saciedad y la persona come más. Y la otra es que se almacena inmediatamente como grasa hepática. Hoy la enfermedad del sobre peso tiene características de pandemia que rebasan la sociedad de los Estados Unidos. El individuo no puede elegir una solución saludable porque su sistema químico le ha reconfigurado su sistema de necesidades: el individuo debe comer más porque no puede saciar su hambre. Hay otros efectos tan preocupantes como estos, como por ejemplo, acelera siete veces más rapidamente el proceso de envejecimiento celular y estructural, comparado con el azúcar normal, la sacarosa. Lo interesante es que antes de la introducción de la HFCS en los Estados Unidos en 1975, se publicó en 1972 un estudio premonitorio sobre la catástrofe que se acercaba. “Pure, White and Deadly“ del Dr John Yudkin. Quien desde 1957 mostró que el consumo de azúcar estaba asociado a la diabetes 2 y a la enfermedad cardiaca, porque aumentaba en la sangre los triglicéridos y la insulina. Un estudio que fue ignorado por todo el mundo mediático, científico, político y médico. En resumen, la pandemia mundial a nivel de población de todos los países, en términos de sobre peso extremo, de diabetes 2 y de enfermedad cardiaca es causada principalmente por un exagerado consumo de azúcar total, fructosa y sacarosa. El consumo excesivo de ambos es letal y tóxico.
Fructosa. Es el ingrediente altamente contaminante del azúcar que es útil y comercial porque le da su agradable dulzor. Pero la fructosa es una sustancia altamente tóxica y muy peligrosa cuyo consumo hay que limitar de manera significativa. Extraño es que a pesar de las evidencias científicas al respecto, “Food and Drug Administration” la tiene todavía clasificada como un alimento tipo GRAS, Generally Recognized as Safe, lo cual autoriza a la industria alimentaria en los Estados Unidos a envenenar la oferta de comida.
Crónica de años locos.
PARTE 4
LA SOLUCIÓN FINAL,
O SEA,
HACER EJERCICIO
Y
COMER COMIDA VERDADERA,
O SEA,
COMER MÁS FIBRAS Y MENOS AZÚCAR.
Hacer jercicio. Si usted cree que el ejercicio hay que hacerlo para quemar calorías y rebajar de peso eso no sería del todo correcto ya que no le funcionará. Porque el ejercicio hay que hacerlo por otras razones mucho más importantes para su buena salud y aspecto que esas dos: las de rebajar de peso y quemar calorías. Efectivamente, el ejercicio aeróbico diario por lo menos media hora al día es fundamental para el mejor funcionamiento de su cerebro, de su sistema cardiovascular, de su mente y, sobre todo, de sus emociones. Explicación: El ejercicio aumenta la disponibilidad de sangre y oxígeno en el cerebro y en cada célula de su cuerpo. Por lo cual mejora el funcionamiento de la neuroplasticiad, término que se refiere a la propiedad fundamental de las neuronas para comunicar de manera eficiente entre sí y con el ambiente restante, tanto el que está dentro del cuerpo como fuera. Y aumenta, además, la cantidad de los elementos químicos que ayudan al proceso cognitivo; estos elementos son: dopamina, glutamato, norepinefrina y serotonina.
Comer comida verdadera. Es decir, comer menos azúcar y más fibras. Como frutas frescas y naturales. Cereales integrales. Leguminosas. Y vegetales de todos los colores, naturales y frescos. Todo lo demás debes consumirlo, si quieres, con extrema precaución y moderación.
Crónica de años locos.
PARTE 5
RECOMENDACIONES NUTRICIONALES
Basadas en las ideas del
Dr ROBERT LUSTIG
*
CARNE. La carne que debes comer es la que proviene de ganado alimentado por pastoreo de hierbas, como la carne de Argentina, que es la mejor del mundo para consumo humano. Pero la carne como la de los Estados Unidos proveniente de ganado alimentado con maíz aderezado para el engorde rápido, no es saludable. Y no se dejen seducir por su marmoleo, que es el veteado de grasa que la hace sin duda más apetitosa y suave. En Panamá todavía se puede conseguir carne de ganado alimentado de manera natural y en soltura, que no está veteada y por lo tanto es de consistencia firme y, para mi gusto personal, si que me sabe a carne de verdad.
PAN. Poner atención a sus ingredientes porque ha sido contaminado por preservativos, por blanqueadores, por fructosa y por privación de fibras. Es mejor el pan confeccionado a base de harinas integrales que tenga un alto contenido de fibras naturales y poca azúcar.
GASEOSAS Y JUGOS. Por ser bebidas altamente tóxicas te sugiero que es mejor que las evites y que tomes agua o vino.
ALCOHOL. Igual que el azúcar, aumenta los niveles de insulina, lo cual hace que el hígado almacene la energía en forma de grasa. Su consumo debe ser moderado si se trata de vinos. Y en relación con los licores de alta gradación debieras evitarlos o consumir muy poco, si es posible.
GALLETAS Y DULCES HORNEADOS EN CASA. Si puedes hornearlos tú mismo usa entonces la tercera parte menos del azúcar de la que indica la receta. Sabe mejor y es más sana. Esto significa que debes evitar comer todo producto empaquetado y si lo haces fíjate en los ingredientes para que estés seguro de la cantidad de azúcar en forma de High Fructose Corn Syrup y por lo menos un centenar de sinónimos, que vas a ingerir ya que es un endulzante tóxico que implica riesgos para la salud. A mí me extraña que a estas alturas la Food and Drug Administration la tenga todavía clasificada como GRAS, Generally recognized as safe, para consumo humano.
*
PULSA EN NOMBRE SIGUIENTE:
Still Believe <a calorie is a calorie>?
Salud,
Flavio.
Crónica de años locos.
PARTE 1 – INTRODUCCIÓN.