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miércoles, 16 de enero de 2013

"La muerte de Chávez" - Miércoles 16 enero 2013.



ARAGUANEY o GUAYACÁN
ÁRBOL NACIONAL DE VENEZUELA

La muerte de Chávez.

Venezuela ya estaba muy enferma antes de Chávez. Y la agonía de Venezuela, antigua y endémica, la ha postrado en el dolor y en la desesperanza mucho antes de que Chávez naciera. Y Chávez es, como todos los caudillos que se han alternado en el poder de Venezuela por generaciones, un mal menor y coyuntural en comparación con el mal mayor y estructural que afecta a la nación como parte de una constitución espiritual deforme y advenediza, contraria al alma cantora y poética del “Arauca vibrador”... Mi aprecio por  Chávez se refiere al esfuerzo político que ha dirigido para crear una sociedad equitativa. Pero ese aprecio  lo hago extensivo a todos los regímenes que en Latino América también, en sus momentos de promesas, ilusionaron a sus pueblos con metas de equidad y de justicia social.   Sin embargo guardo mi desprecio para todos los dirigentes Latino Americanos del pasado que no supieron consolidar sus diseños de equidad y justicia social. Ese desprecio va también a todos los dirigentes en el mundo que hoy conspiran para destruir la poca equidad y justicia redistributiva que se edificó después de la Segunda Guerra, mediante las Instituciones del Bienestar Social. Quizá la diferencia entre todos esos dirigentes despreciados y Chávez es su acercamiento ideológico a Cuba, quizá porque Chávez intuye que en Cuba ha existido desde hace medio siglo alguna forma de permanencia estructural de un cierto nivel ejemplar de  equidad y de  justicia social. Verdad que la crueldad mediática oculta en todo el mundo. Esta posible intuición de acercamiento simpático a Cuba de Chávez y de una parte de Venezuela  no es muy común en el resto del mundo, sobre todo hoy cuando las dirigencias políticas de los países avanzados proponen criminales políticas administrativas para extinguir la equidad y  la justicia social contra sus propios pueblos.

Por eso ahora postulo mi crítica. ¡Qué mala suerte que tiene la verdad y la realidad, porque son fáciles de esconder mediáticamente con la histeria, con la desinformación y con el odio! Y este espíritu mediático, primitivo, débil y perverso que logra establecer la barbarie de la inequidad en el mundo y que se agita entre nosotros, ha logrado enquistarse en los cuerpos de todos los políticos y militantes opositores de Venezuela.  Opositores quienes quizá por alguna justificada o mezquina razón, manifiestan su desprecio por Chávez. La terrible desgracia política que sufre la Venezuela opositora,  por ocultar de esa manera odiosa y desinformada  la verdad y  la realidad, es que también se ocultan los mapas de  rutas que llevarían al país  hacia la meta final: la equidad y la justicia social. Y por eso las oposiciones al régimen de Chávez no tienen ninguna posibilidad de formular una alternativa popular consistente con los ideales de la equidad y la justicia social. Podrían hacerlo si así lo quisiesen.

La buena noticia es que la muerte de Chávez no va a matar a la Venezuela  "de cristal que es hermana del sol", ni tampoco la va a curar, como por otra parte, la muerte de todos los caudillos del pasado venezolano, tampoco ni mataron ni curaron a este formidable, querido y sufrido país.

En estos momentos mi invitación al pueblo de Venezuela la hago igualmente extensiva a nosotros mismos, los panameños, y a todos nuestros hermanos vecinos:

“¡Despiértate, levántate, Venezuela,  y anda por las rutas de un mapa que ya está en tus propias manos!”

CATTLEYA
Flor nacional de Venezuela.


Saludos,
Flavio